Redacción Decir que los líderes son gente con carisma, que tienen un ‘don divino’ y se saben expresar con facilidad, es un concepto que ha quedado atrás. Ahora, las empresas llevan a cabo un proceso llamado ‘mettaliderazgo’. El concepto habla sobre el líder que se guía a sí mismo y lidera a los demás a … Leer más
Redacción
Decir que los líderes son gente con carisma, que tienen un ‘don divino’ y se saben expresar con facilidad, es un concepto que ha quedado atrás. Ahora, las empresas llevan a cabo un proceso llamado ‘mettaliderazgo’.
El concepto habla sobre el líder que se guía a sí mismo y lidera a los demás a través de su ejemplo para crear nuevas y mejores realidades al interior de una organización.
“Al igual que la metafísica, nosotros hemos acuñado el prefijo a mettaliderazgo, que es ir más allá de un liderazgo prepotente y obsoleto que mucha gente tiene. Ese viejo estilo en el que la gente tiene que seguir al líder porque si no, lo corren”, expresó Roberto Mourey, presidente del Instituto Mettaliderazgo.
La falta de pasión junto con el concepto del líder heroico e inalcanzable, motivó al experto en liderazgo y cultura organizacional a romper con un paradigma que siempre había existido.
Para Mourey, todas las personas tienen un gran líder dentro que se vale de sus valores, fortalezas, carácter y de su estilo propio para influir en los demás. موقع بوكر
“El ‘mettaliderazgo’ es dejar de dirigir y empezar a influir, es dejar de dar órdenes y empezar a inspirar. Si una organización quiere mejorar sus resultados, debe convertir su cultura en una ventaja competitiva”, aseguró.
El ‘mettalíder’ se lidera a sí mismo y su comportamiento lidera a los demás.
El factor individual más poderoso para liderar a una organización es la CULTURA.
Primera pregunta: ¿Quién soy hoy?
Reconocer el sentido de identidad que tengo. لعبة كازينو
Mi carácter define lo que hago y lo que no hago.
¿Qué si logro o no logro?
Identificar quién soy tiene un impacto en mis resultados.
Segundo pregunta: ¿Quién quiero llegar a ser? مراهنات سباق الخيل
¿Qué cosas me gustaría mejorar?
Primero defino quién soy y qué tengo que hacer para convertirme en esa persona.
¿Quiénes me van a acompañar para llegar a ser esa persona?
Tercera pregunta: ¿Cómo puedo liderar mejor?
Liderar es influir.
1. El liderazgo es una habilidad, NO un don
Es una capacidad que se puede desarrollar, no es un talento innato, a través del cual se logra influir en el corazón y comportamiento de los demás; para hacer realidad una visión u obtener ciertos resultados.
2. Es MUY personal
Cada ‘mettalíder’ tiene un estilo propio, arraigado a su pasión y a su propia fórmula de liderazgo. La clave está en su carácter, en cómo se trata a sí mismo, cómo trata a los demás, cómo desperdicia o invierte su tiempo; pues su comportamiento es fiel reflejo de sus valores.
3. La cultura es la mejor estrategia para formar ‘mettalíderes’.
La cultura es el reto más importante dentro de una organización. Si desde un principio se definen los valores por seguir, la visión, el propósito, qué se debe hacer, a quién se quiere ayudar, para qué, con qué valores se va a hacer esto, es fácil proyectarse.
Así, todos los miembros del equipo sacarán la mejor versión de sí mismos.
¿Dónde estás? ¿Qué tienes para seguir?
Trabaja con eso, pero no te detengas.
¿Quién eres?
Reconoce que eres todas las decisiones que has tomado.
Identificarlas tiene un impacto importantísimo en los resultados que buscas.
¿Quién quiero llegar a ser? ¿Qué es lo que me gusta de mí como persona o como organización y qué cosas me gustaría mejorar?
¿Quiénes te van a acompañar?
En la aventura para convertirte en esa organización, en esa persona que quieres (tu equipo y los valores que transmitas)
¿Cómo puedo liderar mejor?
Influir para lograr resultados para construir la vida que quiero, para ser el hombre o la organización que quiero.
¿Es adecuado tu ejemplo, el de tu equipo directivo?
Es el comportamiento que quieres de tu gente. Recuerda: se lidera con el ejemplo.
En sentido estricto, no es mal jefe el que regaña y limita.
Sí lo es la persona (jefe o colaborador) que se victimiza por las circunstancias e influye en ese sentido.
Quien no busca resultados se enfoca en los obstáculos, en las excusas y en buscar culpables.
La persona que no quiere el cambio no puede avanzar por más que se esfuerce porque su mentalidad no ha adoptado el cambio.
La persona que no quiere enfrentar el cambio prefiere quedarse atorada en el círculo de la comodidad.
La comodidad, tarde o temprano, se convierte en mediocridad.
Los comportamientos son valores en acción.
Para conocer a alguien solo basta con ver cómo se comporta y sabrás sus valores.
Los valores disparan las creencias y las emociones: la pasión.
Los comportamientos construyen los resultados que se lograrán.
La ecuación de la acción parte de los valores, de estos a las emociones, que definen comportamientos y estos resultados.
El carácter de una persona, de una organización, es un tejido de los valores, definen la energía que se pone a ciertos objetivos.
La energía detona la disciplina con la que se ejecutan esos comportamientos para que se repitan y se conviertan en hábitos, en una forma de ser positiva.
De acuerdo con el modelo de ‘mettaliderazgo’, todo empieza por las tres C: Cabeza, Corazón y Comportamiento.
Un pensamiento genera una emoción y esta dispara una acción que produce resultados.
Las ideas son las que deben cambiar, más que implementar nuevos procesos, sistemas, lanzar amenazas o incentivos.
Las ideas son la fuente de todo lo que está en la cabeza.
Puestas en acción se transforman en cambio.
Tu vida no es lo que pasa afuera, sino lo que ocurre en tu cabeza. Si quieres mejorar, afuera debes trabajar desde adentro.
No puedes ofrecer una experiencia de primera a tus clientes si tienes una experiencia de quinta con tus colaboradores.
El cambio de mentalidad es fundamental para un mundo que ya es diferente. Las actitudes del líder inflexible ya no contribuyen en nada.
Hacer caso a la ‘ley de la atención’ para que tu mente te diga por dónde ir. Si hay un foco, hay un objetivo.
Si hay objetivos difusos, tendrás resultados difusos.
Pon atención solo en pocas cosas,en las que van a construir una ventaja competitiva. Así lograrás resultados sorprendentes.