La naturaleza puede cambiar la agenda: ambientalista
Carlos Uriegas Las lluvias atípicas cada vez serán más normales. En donde ahora hay casas y calles, antes había zonas de amortiguamiento, lo que deriva en la generación de zonas de riesgo, por lo que las inundaciones son justo ahora un área de oportunidad para corregir y mejorar las políticas ambientales, expresó la ambientalista Pamela … Leer más
Carlos Uriegas
Las lluvias atípicas cada vez serán más normales.
En donde ahora hay casas y calles, antes había zonas de amortiguamiento, lo que deriva en la generación de zonas de riesgo, por lo que las inundaciones son justo ahora un área de oportunidad para corregir y mejorar las políticas ambientales, expresó la ambientalista Pamela Siurob.
“Las lluvias fuertes deberían captarse por una capa superficial en la que la vegetación las retuviera o que existieran bordos en donde quedarse, pero se han cubierto con concreto, corre más el agua, de manera más rápida y llega con más fuerza a las partes bajas. اربح مال مجانا Con el desarrollo urbano sin áreas de amortiguamiento, hay menos zonas de de retención de agua”, explicó.
El que el inicio de las administraciones en Querétaro hayan sido impactadas por las inundaciones puede ser una oportunidad para que se mejoren o modifiquen las agendas y se atienda el medio ambiente.
“Esta nueva Administración tiene que ver que así como los recibió el agua, es buena suerte, es una oportunidad para identificar los sitios donde se debe permitir y en donde prohibir la construcción para detectar zonas de riesgo. لعبه بلاك جاك Es una gran oportunidad para Fernando González, secretario de desarrollo urbano y quien conoce de estos temas, conoce bien Querétaro para que se marque la zonas en donde no deben darse desarrollos”, dijo Siurob.
⛈️😨Protección Civil informó que mantienen los recorridos en diversas colonias de la capitalhttps://t.co/jcHLNoaB9R
— AM Querétaro (@am_queretaro) October 1, 2021
Para Pamela Siurob estos son fenómenos naturales, ella no los llama desastres naturales, ya que ha sido el hombre quien ha modificado el entorno.
“Son fenómenos, no son desastres naturales, son desastres por habernos asentado en sitios donde no se debía, por ejemplo Tequisquiapan, que está viendo inundadas casas a las márgenes de río, se invadieron terrenos del río. Quizá hace 50 años no se inundaba, pero va a volver a ocurrir. El hombre tiene menos memoria, pero el agua no y reconoce su camino, por lo que no debemos vernos sorprendidos”, externó Pamela Siurob.
Pamela Siurob destacó algunas zonas de riesgo como en las adjuntas rumbo a Tlacote, las barrancas en Peñuelas o en la Cuesta China, además de las que se inundaban tradicionalmente como Jardines de la Hacienda, Las Plazas, Cimatario, parte de lo que era la antigua Laguna de los Patos.
“Si se hace un desarrollo en esa zona de Avenida Tlacote rumbo al libramiento sería un crimen. Ahí confluye el dren del arenal, el río del Pueblito y el Río blanco o Río Queretaro como lo conocemos; es una zona que no debe ser fraccionada, hay que resguardarla como zona agrícola y de conservación”, recordó Pamela quien de niña nadaba en los remansos del agua en la zona de Candiles, donde antes el Río del Pueblito llevaba agua limpia en su caudal.
Pamela llamó a cuidar las barrancas, como Peñuelas y recordó los riesgos que hay en la zona de la Cuesta China.
“Que no se desarrolle ahí en las Barrancas de Peñuelas, ya que esa vegetación aún está ayudando la retención de agua en tiempo y velocidad. اربح المال من الالعاب La Cuesta China es otra zona preocupante; en 1997 la gran inundación llegó por Cuesta China, por eso se construyeron tres bordos, los cuales están en riesgo, a uno le quitaron espacio para colocar un puente encima. Una de las primeras cosas que hay que hacer es revisar la situación de los bordos de contención de avenidas, que sean zonas de prevención de desastres”, advirtió la ambientalista.
Lucía Capra, directora del Centro de Geociencias en la UNAM Juriquilla, reveló que el desgaste en el suelo se ve reflejado por los flujos de detritos –o partículas que se forman en lodo en época de lluvias–, las cuales serán más comunes en Querétaro, ya que el crecimiento urbano y el aumento de temperatura deriva en fuertes lluvias.
“Cuando llueve mucho, sobretodo en zonas urbanas con cambios antrópicos importantes, por la urbanización, deforestación e incendios por el cambio climático, el suelo ya no tiene la capacidad de infiltrar y absorber el agua y en la medida que el agua escurre, cambia el sedimento lo que genera flujos de detritos o de lodo, los cuales afectan carreteras, pueblos, daños materiales”, explicó la investigadora.
“En menos tiempo cae la misma cantidad de agua, es como si vaciara una cubeta en una hora o lo hiciera en cinco minutos, si lo hago de golpe causará más afectación a que si la vació poco a poco. Si cae más lento la tierra tiene más oportunidad de infiltrar, pero si a la cantidad de lluvia le sumamos el cambio de uso de suelo y ahora se cubre de cemento, esa agua no recargará el acuífero y escurrirá en la superficie. Esto ocurre en Querétaro; por el crecimiento urbano que se da en lomas y relieves que antes eran reservas naturales y ahora son fraccionamientos, el agua tomará otro camino, y ese camino serán las calles”, advirtió la académica de la UNAM.
La doctora comentó que se pueden hacer obras de mitigación de ingeniería o incluso obras de mitigación con barreras naturales, que no impactan el ambiente y armonizan con el entorno, obras que impedirán grande escurrimientos y posibles daños.