El “puente marítimo” chipriota se perfila como la vía más rápida —y la única disponible por ahora— para que miles de israelíes regresen a casa. La operación, inspirada en evacuaciones pasadas, pone a prueba la capacidad logística del Estado en plena crisis regional. Si el cielo sigue cerrado, el mar se convertirá en la tabla de salvación para una diáspora temporal que, sólo en Chipre, ya supera las 30 000 personas.