Esta filosofía de la solución directa marcó la pauta en los frentes más sensibles. Cuando el contexto demandó mano dura contra la inseguridad, el gobierno respondió con un ecosistema de seguridad fortalecido: sumó patrullas, drones y cámaras, acompañados de aumentos salariales que apuntalaron la profesionalización policial, acciones que se tradujeron en una reducción de la incidencia delictiva.