Boing, el jugo que ha marcado a generaciones de mexicanos, enfrenta un escenario de alta incertidumbre. La emblemática marca, pilar de la Cooperativa Pascual, navega aguas turbulentas ante el propuesto aumento al impuesto a las bebidas azucaradas. Aunque el panorama es complejo, la empresa asegura que no desaparecerá. Desde 1985, Pascual opera bajo un modelo singular: los trabajadores son, a la vez, socios y propietarios, participando de forma democrática en el rumbo de la compañía.