Tras una exitosa venta de su empresa Advertigo en 2006, Ek unió fuerzas ese mismo año con Martin Lorentzon. Juntos concibieron Spotify, un servicio de streaming que prometía acceso inmediato a un vasto catálogo de música. En un momento de crisis para las discográficas por el auge de las descargas ilegales, la propuesta de Ek se enfocó en combatir la piratería ofreciendo una plataforma accesible mediante publicidad gratuita o suscripciones de bajo costo. Ek siempre defendió que este modelo, con el tiempo, generaría regalías significativas para la industria.