En estas elecciones podemos ser positivos y aplaudir que hay menos cartelones en las calles, pendones en postes y puentes, y menos gente repartiendo todo tipo de panfletos en las esquinas, en comparación con elecciones anteriores. De manera contraria, la cantidad de propaganda que será basura es mucha en comparación con países nórdicos o europeos. No obstante, todo pendón, cartel o volante, no tiene otro uso y terminará en la basura. ¿Es posible hacerlo de otra forma?