“Lo que estos señores sembraron en 1963, hace 60 años, son seis décadas de béisbol para San Juan del Río, Querétaro y México. Esta es la imagen hermosa de lo que implica un deporte que trasciende en la vida de todos nosotros, en la vida de nuestra tierra, de nuestro San Juan, de Querétaro y de México”, contó Cabrera.
“Ese es el mensaje con el que yo me quedo. Aquí veo familias, veo trayectorias, vamos a mandarle una oración a los que están en el cielo, que allá están jugando también y que nos bendicen todos los días”, agregó, en referencia a los jugadores que se han adelantado en el camino.