Diputados aprueban reforma energética

La Cámara de Diputados de México ha dado luz verde a una reforma energética constitucional que reconfigura a Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) como entidades públicas completamente controladas por el Estado.

Con 353 votos a favor y 121 en contra, esta iniciativa promovida por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, y respaldada por los legisladores de Morena y sus aliados, establece que la CFE tendrá la capacidad de generar al menos el 54% de la energía eléctrica utilizada en el país, mientras que las empresas del sector privado asumirán el 46% restante. Esta reforma también asigna al Estado la explotación del litio, evitando su privatización.

Durante la discusión, los legisladores de la oposición, incluidos el PRI, PAN y MC, criticaron la falta de atención a las energías limpias en el nuevo marco normativo y expresaron preocupación por el impacto negativo que podría tener en la inversión privada. Afirmaron que la reforma omite la responsabilidad del Estado en la transición hacia un modelo energético más sostenible y en la reducción de la contaminación.

A pesar de las críticas, los representantes oficialistas defendieron la reforma como un avance hacia la soberanía energética de México, evocando momentos históricos como la expropiación petrolera liderada por Lázaro Cárdenas. La diputada de Morena, Olga Sánchez Cordero, destacó que esta reforma representa un retorno del control sobre los recursos energéticos al pueblo mexicano.

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Un cambio en la reforma energética

Un punto que se convirtió en un tema polémico fue la eliminación de un fragmento en la reforma que establecía la obligación del Estado en la transición energética hacia fuentes más limpias. Esta decisión generó un intenso debate, donde la diputada Ana Elizabeth Ayala Leyva justificó su propuesta, mientras que los opositores la criticaron por considerar que debilitaba el compromiso del país con la protección del medio ambiente.

El dictamen ahora se enviará al Senado para su análisis y discusión, donde se espera un pesado debate sobre las consecuencias de esta reforma para el futuro energético de México. Con esta aprobación, el país avanza hacia un modelo que prioriza el control estatal en el sector energético, generando tanto expectativas como inquietudes entre diferentes sectores de la sociedad.

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