A lo largo de su vida, Torres Landa consolidó su reputación como un visionario en el sector inmobiliario. Fue pieza importante en el desarrollo de Jurica, un área que transformó al remodelar una antigua hacienda y dar vida al Club de Golf Jurica, además de otros proyectos habitacionales. Posteriormente, en Juriquilla, fue el motor detrás de la construcción de la Plaza de Toros Provincia Juriquilla y el Hotel Juriquilla, además de múltiples desarrollos residenciales como Satélite, San Pablo, La Cruz y el Raquet Club.