Los alcaldes coincidieron en que esta suma de voluntades es indispensable para consolidar la paz y reforzar la seguridad. La medida, aunque regulatoria, se presenta como un esfuerzo por equilibrar la convivencia y la cultura, estableciendo un límite claro donde las expresiones pueden, a juicio de las autoridades, convertirse en un factor que incide en la violencia. Con este acuerdo, Querétaro no solo alinea sus políticas municipales con las estatales, sino que envía un mensaje contundente sobre su compromiso con un entorno seguro para sus habitantes.