La gestión correcta de los residuos marca una diferencia para evitar acumulaciones de basura
La imagen urbana de ciudades y municipios suele representar un gran reto, pues supone el esfuerzo conjunto de diversos sectores: gobiernos, empresas y habitantes. Sobre todo porque tiene que ver con programas de educación para el uso responsable de los espacios y la correcta gestión de residuos.
En ese sentido, los contenedores 1100 litros son clave para los programas de separación de desechos, que suele ser uno de los principales problemas de una mala imagen urbana, cuando se presenta acumulación de basura en diversos espacios.
La principal razón de optar por el uso de contenedores es que se trata de los recipientes idóneos, diseñados especialmente para el uso correcto de los residuos, debido a que están fabricados con materiales resistentes a los químicos y a la intemperie.
Generalmente, los contenedores cuentan con una tapa hermética que permite mantener aislados los desechos, incluso impidiendo que despidan olores, que además de contaminar pueden llegar a atraer fauna nociva.
También cuando se trata de materiales aptos para el reciclaje, los contenedores son el elemento idóneo para evitar que se mojen, se ensucien o se oxiden y pierdan sus propiedades que les sirven para poder ser reincorporados, como materia prima, a la cadena productiva para la fabricación de nuevos productos.
Sin embargo, como lo mencionamos, conseguir resultados positivos requiere de esfuerzos conjuntos desde diversos ámbitos, para construir programas educativos y de concientización sobre la separación de residuos de forma adecuada.
Los trabajos encaminados a las campañas de educación y al cambio de hábitos desde el interior de los hogares, los edificios habitacionales y corporativos, así como los locales comerciales, pueden ser los primeros pasos por parte de la administración pública.
En ese sentido, los contenedores 1100 litros juegan un papel determinante, gracias a que son fabricados con colores que ya están pensados para facilitar este tipo de programas de separación de residuos con objetivos de reciclaje.
En el caso de los contenedores instalados en la vía pública, su colocación requiere de una estrategia integral por parte de los gobiernos para la coordinación de programas efectivos de recolección y así evitar la acumulación de basura, que resulten en un hecho contraproducente.
De igual manera, lo ideal es capacitar personal que esté asignado a los centros de acopio de residuos, con el fin de evitar que los materiales sean mezclados y ya no puedan ser utilizados para reciclaje.
En el mismo tenor, es importante el mantenimiento periódico de los contenedores, con el fin de efectuar la limpieza adecuada para evitar que despidan olores y se conviertan en un foco de infección para la zona donde se encuentran instalados.
Países que han tenido éxito en la gestión de residuos, como Suecia, han demostrado los beneficios que esto representa, incluso a nivel económico, mediante la creación de empleos verdes, sistemas de generación de combustible a base de desechos, generación de biofertilizantes, entre otros.
Otras ciudades como Singapur, en Asia, han logrado generar el 3% de la energía requerida, mediante el uso de la basura, mismo que se ha logrado mediante programas de educación y recolección de residuos de puerta en puerta.
En Flandes, Bélgica, el gobierno ha diseñado una serie de estímulos fiscales que incentivan a sus habitantes a producir menos desechos: mientras menor es la cantidad de basura generada, los habitantes pagan menos impuestos.
Estos son sólo algunos ejemplos en el mundo de que existen alternativas para mejorar la gestión de residuos para reducir el impacto ambiental, reducir los daños a la salud a causa de la contaminación y por supuesto mejorar la imagen urbana, que impacta de manera económica a las ciudades mexicanas.