Un director de empresa puede resultar un imán para personas y otras compañías que desean conocerlo porque representa una posibilidad de obtener un negocio o un beneficio, por lo que debe ser un as para manejar las relaciones públicas y que resulten provechosas. Sin embargo hay otra dimensión de PR que debe dominar, lo mismo, pero hacia el interior de su organización. Conocer a todo su personal, saber de dónde viene, tener una relación aportada por el departamento de recursos humanos para conocer su potencial y las recomendaciones de cómo desarrollarlo. Estos datos hay que tenerlos a la mano, si no de todos los empleados, al menos de las piezas clave.