Una familia mexicana tiene un gasto trimestral de mil 162 pesos que destina exclusivamente a la compra de verduras, legumbres, leguminosas y semillas. El frijol es una de las principales leguminosas que se consumen en México, pero, en los últimos años, su precio ha incrementado hasta en un 100%, por lo que se ha limitado … Leer más
Una familia mexicana tiene un gasto trimestral de mil 162 pesos que destina exclusivamente a la compra de verduras, legumbres, leguminosas y semillas. El frijol es una de las principales leguminosas que se consumen en México, pero, en los últimos años, su precio ha incrementado hasta en un 100%, por lo que se ha limitado su ingesta.
Las legumbres y leguminosas se han convertido en una alternativa de alimentación para cubrir las necesidades nutricionales y a la que no se le ha dado el valor adecuado.
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Sin embargo, la adquisición de estos productos ya no es barata como se suponía en años anteriores y esto ocurre porque muchas variantes de estos productos son importadas y llegan a la República encarecidos. Asimismo, los efectos del cambio climático, la turbulencia en la economía mundial y la baja producción inciden en el alza de los precios.
Si bien se recomienda tomar el consumo de alimentos naturales, poco procesados y producidos de forma tradicional, la realidad es que el aporte nutrimental de las legumbres no ha sido valorado de forma justa.
En la nación mexicana se consume diversas legumbres y leguminosas, entre ellas, las diferentes clases de frijol y ayocotes, al igual que sus derivados como habas, garbanzos, guisantes, lentejas, cacahuate y soya.
El consumo anual per cápita del frijol en México es de 11 kilos, mientras que el de garbanzo se ha calculado en 0.8 kilos, cuando deberíamos consumir alrededor de 25 kilos.
El consumo de frijol como una de las tantas variantes de leguminosas que se producen en el país debe ser altamente valorado, pues su contenido es de alrededor de 22% en proteína, 60% en carbohidratos y menos de 5% en grasas.
Hasta hace poco más de una década, en los hogares se oía decir que, mientras hubiera frijoles, la familia estaba bien alimentada.
Hoy en día, acceder a este alimento representa un gasto por demás oneroso que no siempre puede cubrirse.
El costo de kilo de frijol está entre 37 y 38 pesos mientras que en 2018 era de 19 pesos; es decir, en cinco años tuvo un incremento del 100% en su valor.
Al 31 de enero de este año, según el Monitor de Sequía de México, en el estado de Querétaro el 94.4% de su territorio (es decir, 17 de sus 18 municipios) tiene algún grado de sequía.
El impacto económico que deja, ocurre porque Querétaro es un estado productor de frijol y maíz, y la falta de agua es uno de los factores en el incremento de los precios de estos productos.
Tan solo en Querétaro, se llegan a sembrar 6 mil 22 toneladas de frijol en el año agrícola, lo que representa una cosecha de mil 237 toneladas.
México es el séptimo productor mundial de frijol con un millón 288 mil 806 toneladas. Aun cuando en los últimos tres años el volumen de cosecha ha aumentado, no ha sido suficiente para cubrir necesidades internas, motivo que ha incentivado en 48.1% las compras.
Una mayor demanda en el primer semestre del 2021 incidió en el volumen adquirido en el exterior, principalmente en el mercado estadounidense, cuyas compras fueron superiores en 34 mil 174 toneladas respecto al año anterior.
El precio promedio para el frijol en la nación es de aproximadamente 34.07 pesos por kilo.
México es un país con una gran diversidad agroalimentaria. Te presentamos las cosechas más importantes de legumbres, leguminosas y granos:
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**Con información de Jessica Ignot