El ser controlador, además de poca salud, correrá el peligro de caer en el abismo. Involucrarse en el negocio no significa ser todologo y hacer hasta lo que no se conoce. Supervisar todo, no significa tener que hacerlo todo. No te alcanzará la vida para hacerlo ni, sobre todo, para hacerlo bien. Por eso hay que saber delegar.