Muchas entidades apuestan a generar estímulos fiscales, conceder terrenos u obsequiar dinero a las empresas para convencerlas de que se instalen ahí; sin embargo, en la economía del siglo XXI, ese modelo está obsoleto. Para las empresas, lo más importante no es ahorrarse unos pesos, sino contar con el talento adecuado, con competencias destacadas, y esto es especialmente relevante en el sector aeroespacial.