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El nuevo ardid: René Delgado

Más allá del afán oficial en dar por echados los cimientos de la pretendida transformación y anunciar el colado de la cimbra del segundo piso, así como de la rimbombante predica opositora llamando a defender la democracia y la división de poderes
Más allá del afán oficial en dar por echados los cimientos de la pretendida transformación y anunciar el colado de la cimbra del segundo piso, así como de la rimbombante predica opositora llamando a defender la democracia y la división de poderes

SÓLO COMO UN ARDID SE PUEDE ENTENDER LA BATERÍA DE REFORMAS CONSTITUCIONALES QUE EL PRÓXIMO LUNES EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA HARÁ FINALMENTE PÚBLICA Y SOMETERÁ AL CONGRESO René Delgado/Sobreaviso Sólo como un ardid se puede entender la batería de reformas constitucionales que el próximo lunes el presidente de la República hará finalmente pública y … Leer más

SÓLO COMO UN ARDID SE PUEDE ENTENDER LA BATERÍA DE REFORMAS CONSTITUCIONALES QUE EL PRÓXIMO LUNES EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA HARÁ FINALMENTE PÚBLICA Y SOMETERÁ AL CONGRESO
René Delgado/Sobreaviso

Sólo como un ardid se puede entender la batería de reformas constitucionales que el próximo lunes el presidente de la República hará finalmente pública y someterá al Congreso. Una estratagema en busca de dividendos, aun cuando no sean los manifiestamente pretendidos.

Dado el desarrollado instinto político del mandatario es impensable que, hasta ahora, en el ocaso del sexenio y en medio de la contienda electoral, haya advertido una cuestión elemental: la necesidad de transformar o, de plano, desaparecer políticas, prácticas. instituciones y órganos sobre los cuales, según su parecer, se cimenta la estructura del régimen político, el sistema judicial y el modelo económico que se propuso remover, sin tener muy claro qué construir en su lugar. No se le pudo pasar, así como así.

El punto delicado es que un resbalón en este nuevo acto de intrepidez política –por no decir, malabarismo o prestidigitación– puede acarrear consecuencias nocivas al propio proyecto lopezobradorista, así como a la oposición y desde luego a la estabilidad política y económica del país.

***

Ante el nuevo lance presidencial, la postura de opositores, intelectuales y opinadores contrarios al gobierno varía.

Algunos conciben el lance como una maniobra distractora a fin de dominar la agenda del debate, pero la perciben como una treta inofensiva. Otros estiman conveniente pronunciarse a favor de algunas de las reformas, estableciendo condiciones incumplibles y, así, derivar y repartir los costos del probable desecho. Los más radicales sugieren aprobar algunas para dejar madurar la crisis implícita en ellas y, a pesar de las consecuencias, exhibir la presunta entraña negativa del proyecto lopezobradorista. Asimismo, están quienes ven en las iniciativas de reforma un disparate que, pese a su carácter, será menester resistir, aún con el costo político-electoral supuesto… pero, cuidado, el Ejecutivo siempre juega a ganar, aun cuando la recompensa no sea la esperada. Algo es algo.

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